Las artes marciales tradicionales se caracterizan por utilizar técnicas de lucha enfocadas a la defensa personal, pero tiene un objetivo claro: el desarrollo personal. En los últimos años, se han popularizado las “extraescolares” como las clases de kárate para todas las edades. En la escuela de artes marciales en Madrid, El Dojo, encontramos actividades como Kenpo Kai, el cual no está solo orientado a ponerse en forma y a aprender a defenderse, sino también hacia el objetivo de ayudar a la gente a encontrar el equilibrio, como se ha visto en noticias de actualidad.
Las artes marciales tradicionales requieren de un aprendizaje constante y transmiten diversos valores a las personas, por ello cada vez más familias deciden para sus hijos desarrollar parte de su educación mediante este tipo de actividades.
El Dojo. Conociendo la historia de la escuela de artes marciales en Madrid
“Lo cierto es que las artes marciales van más allá de la práctica de un deporte, representan valores y honores inherentes a las personas y la vida en sociedad”, comentan desde El Dojo, una escuela de artes marciales en Madrid única por su enfoque. Parte de las recomendaciones hacia esta academia se deben a unos programas específicos de formación para niños a través de los campamentos de artes marciales para niños y adolescentes en Madrid.
El fundador de El Dojo, Danilo Jude Bardisa, es el campeón del mundo vigente en la disciplina Kenpo Kai, de modo que haber dedicado su vida a la enseñanza de las artes marciales convierte el centro en un punto de encuentro real con los valores y las técnicas características de estas disciplinas.
Cómo influyen las artes marciales en los niños
Según psicólogos expertos en el desarrollo cognitivo de los niños, en muchas ocasiones se ha conocido que cualquier deporte o actividad grupal fomenta el autoconocimiento, los pensamientos positivos, la constancia, la responsabilidad y también el compañerismo y el trabajo en equipo.
Identificarse como miembro dentro de un todo, a nivel microgrupal, permite la consciencia sobre la consecuencia de las propias acciones sobre el equipo.
Teniendo en cuenta la actividad específica de la artes marciales, la popularidad que ha despertado en las familias se basa en cómo afecta al crecimiento infantil, desde el desarrollo psicomotriz, hasta el fomento de la inteligencia emocional, la empatía o la autocrítica, además de un esfuerzo en entender, memorizar y ejecutar técnicas aprendidas.
Las artes marciales requieren de un gran conocimiento sobre uno mismo, tomando como propias responsabilidades sobre uno mismo y también sobre el grupo, para mejorar, precisamente, el trabajo en equipo y la relación con los demás en un ambiente de respeto.
Por su parte, los campamentos de artes marciales permiten una inmersión absoluta sobre actividades relacionadas. A través de una rutina que se inicia a primera hora con Kenpo Kai -arte marcial tradicional japonés- para poder activarse, se desarrollan actividades durante toda la jornada para fomentar los valores y técnicas que le son propias a la disciplina, así como juegos al aire libre o excursiones.
Uno de estos campamentos tan reconocidos de El Dojo es el Samurai Camps, dirigido a niños entre 4 y 17 años, donde cada detalle del campamento está diseñado para contribuir a la consolidación del carácter y personalidad de los niños, además de mejorar sus habilidades lingüísticas.
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